Quint Buchholz
Santa Marta de Tormes (Salamanca), Lóguez Ediciones, 1997.
Literatura, música y pintura van de la mano en esta
excepcional obra para mostrarnos a un artista en permanente búsqueda vital que
deja una profunda huella en un chico con alma de violinista.
Los cuadros de Max suscitan preguntas que se ven reforzadas por el texto, incitando a mirar con mayor atención si cabe. Este peculiar coleccionista enseña que en esta vida hay piezas incomprensibles y misteriosas que cuesta aprehender; de ahí la importancia concedida a los momentos en los que, quizá, se atisbe un destello que aporte un poco de luz entre la niebla.
Los cuadros de Max suscitan preguntas que se ven reforzadas por el texto, incitando a mirar con mayor atención si cabe. Este peculiar coleccionista enseña que en esta vida hay piezas incomprensibles y misteriosas que cuesta aprehender; de ahí la importancia concedida a los momentos en los que, quizá, se atisbe un destello que aporte un poco de luz entre la niebla.
Viajero de la vida, el protagonista
enlaza lo real y lo imaginario en un proceso muy ligado a la naturaleza. En
este camino, la observación detallista y la interiorización dan como fruto unos
lienzos coloristas cuya contemplación sume al lector en un mundo con un
lenguaje simbólico propio.
Un libro sobre la importancia de la
libertad en la búsqueda de nuestras propias respuestas.
Un abrazo.
Un abrazo.