21 junio 2013

¡Felices vacaciones!





     Nuestra querida Begoña Oro acaba de publicar en uno de sus blogs un plan de verano que nos parece fantástico. Aunque sus sugerencias han sido en origen concebidas para chavales, creemos que mucho de lo que dice puede ponerse en práctica a diferentes edades.

     No os perdáis el punto 5. Sencillamente maravilloso.

Un abrazo.

12 junio 2013

Tirarse a la piscina


     


     De eso y (...) va "Croquetas y wasaps", el maravilloso libro que "La Oro" presentó en Zaragoza el pasado fin de semana en el marco de la Feria del Libro de la ciudad aragonesa.

     Del libro pueden decirse muchas cosas. Todas buenas. ¿De la autora? Aparte de su innegable humanidad, sensibilidad, capacidad de observación, simpatía sincera, cercanía y honestidad, lo que más nos llega  de la escritora zaragozana es su búsqueda de la felicidad a pesar de las circunstancias, a pesar de los obstáculos, a pesar de los pesares. Pero la suya no es una FELICIDAD con mayúsculas, ésa inalcanzable, sino la de la sencillez (nada que ver con la simpleza) y la cotidianeidad,  la de verdad, aquélla por la que merece la pena luchar.

     Begoña sabe que la vida es difícil, que ésta muchas veces se encuentra en las antípodas de lo que desearíamos, y precisamente por eso nos muestra una serie de personajes nada simples que evolucionan, que saben del dolor y de la incertidumbre que carcome, que lloran, ríen, desesperan, aman y viven. Y se lanzan a la piscina, aunque no sepan si es profunda o no...

     Con un estilo ágil, natural y rigurosamente cuidado que recuerda a la sencillez de Bécquer y Machado (tan admirable y difícil de lograr), Oro nos lleva de la mano en una historia cercana y creíble, profunda, emocionante y elaborada con muchísimo cariño, como el de las croquetas del libro. El lenguaje es rico... y enriquece: no en vano, Begoña insiste en que piensa todas y cada una de las palabras que escribe. Se nota.

     Como muy bien decía Ana Alcolea en la presentación del sábado, este libro es "alta literatura", lo cual nos da una idea de la calidad formal y esencial del mismo. Se trata de una obra que se lee con mucho gusto y que, con una sencillez fruto de un arduo trabajo, nos invita a parar en más de una ocasión para releer diversas frases y párrafos que llegan de verdad, directos y profundos sin hacer alarde de ello. Además, Begoña respeta la inteligencia del lector, y en muchas ocasiones deja las cosas a la interpretación de éste, sin atajos ni obviedades, echando mano del humor cuando sabe que la protagonista aclara lo que resulta innecesario.

     Este humor es uno de los ingredientes fundamentales de las croquetas de Begoña, y es precisamente quien (quizá) más dolor siente el que aporta la inmensa mayoría de los mejores momentos de la historia.

     Los personajes, adolescentes o adultos, se muestran con sus inseguridades, miedos, tristezas, alegrías, anhelos, defectos y virtudes: son de carne, alma y hueso. Cualquiera de nosotros podría reconocerse en diversos rasgos que sacan a la luz, y también podría compartir más de un sentimiento que la autora transmite a través de lo que viven.

     Con respecto al argumento, cabe decir que nos encontramos con varios de los personajes de Pomelo y limón, Premio Gran Angular 2011: Clara Luján, la amiga de María Pinilla (protagonista de la obra "cítrica"), deslumbrada por Lucas y su desarmante sonrisa, recorrerá un camino que le hará ver que las cosas (y las personas) no son siempre lo que parecen y que, para ser feliz, es preciso ser valiente y arriesgar.

     Una obra catalogada como Literatura Juvenil, "apta" (y necesaria) para adultos.

Un abrazo.