No suelo leer mucho durante los meses escolares, por
lo que para cuando llegan las vacaciones tengo un hambre atroz de historias,
devoro páginas enteras con fruición y acabo con un empacho de letras de
campeonato.
El Príncipe de la Niebla como primer plato, El Palacio de la Medianoche como segundo
y Las Luces de Septiembre de postre conforman un apetitoso menú literario. Para abrir boca a posibles interesados, aquí solo hablaré de El Príncipe de la
Niebla ,
Esta novela cuenta la historia de Max y su familia,
quienes a causa de la guerra se ven obligados a abandonar Londres y a
instalarse en un pueblecito de la costa, donde se verán las caras con un
temible y astuto villano.
A pesar de poseer muchos elementos fantásticos, el
libro no peca de la exageración y la complicación propias de otros del mismo
género, compaginando, así, la realidad y
la ficción de forma magistral. El misterio se extiende como una cortina de
niebla sobre la novela, permitiendo al lector hacer todo tipo de conjeturas,
pero impidiéndole adivinar qué pasará a continuación.
En la escritura prima la sencillez, de manera que
aquel que tiene el libro entre las manos puede comprender fácilmente lo que
sucede y avanzar rápidamente por la trama.
Ignacio Vera
Aguinaga
2º de
Bachiller D
Muchas gracias por la recomendación ;-)
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