03 abril 2014

La ladrona de libros

 
  Esta novela me ha parecido preciosa. La historia y sus  personajes se han convertido en piezas imborrables de mis lecturas. Lo que más me ha apasionado han sido las hermosas frases que expresan un sinfín de sentimientos, aunque también me haya encontrado con muchas palabras que calificaría como raras. A medida que la leía, he ido dándome cuenta  de que esta novela es tanto para adolescentes como para adultos, ya que algunas palabras resultan complicadas en lo referente a su comprensión, además de que, en mi caso, la mayoría de las difíciles de entender son totalmente nuevas.

    
    Coincido con el autor en que todo el mundo debería leer este libro.

    La historia está protagonizada por una niña llamada Liessel. En un viaje en tren con destino a Himmelstrasse, lugar al que se dirige acompañada de su madre y su hermano pequeño con la intención de quedarse a vivir allí, una horrible tos que provoca la muerte de su hermano enfermo cambia completamente su vida. En el rápido entierro, a uno de los sepultureros se le cae un libro. La niña lo coge, e intenta, sin éxito, leer el  título: Como ser un buen sepulturero. Sin darse cuenta, Liessel se ha quedado con un libro que se acerca a la muerte.

    Al final del viaje en tren, su madre la entrega en adopción a la familia Hubermann, la cual suele acoger a niños huérfanos. Poco a poco, la niña aprende a leer gracias a su padre adoptivo, quien se ha convertido para ella en el padre que nunca tuvo.

    Cada año que pasa, Liessel vive nuevas experiencias de la dura vida de Alemania.


   

    La parte que más me ha gustado ha sido aquella en la que Liessel recoge uno de los pocos libros que se han salvado de la quema a la que han sido sometidos. Se trata de El Hombre que Silbaba.  


Leticia Corona, Aula de Aprendizaje de Tareas

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